domingo, 1 de mayo de 2011

Mensajes de las Jerarquías El adiós del Gran Delfín Blanco

Mensajes de las Jerarquías
El adiós del Gran Delfín Blanco

¡ Dios mío ! ¡ Lo veo ! Ante mí, veo a aquel que viene a deciros adiós. Veo al magnífico Delfín Blanco, y es más bello que nunca. Me dice :
« ¡ Vosotros, humanos, no estéis tristes !
¡ Nos vamos a ir todos y lo sabéis ! Lo que más pena me da es el sufrimiento de los océanos que son vaciados de la vida, y los océanos necesitan del Amor de todos los seres que viven en él.
Nosotros, pueblos del mar, en muy gran parte hemos decidido abandonar este mundo ».
Me dice esto :
« Ahora sé a qué mundo iré, y sé lo que seré. Ya no seré como mis hermanos lo que habéis llamado un mamífero marino. A través de todo lo que he podido aprender y vivir de difícil en este mundo, al menos en mi elemento, el elemento marino, he « atado el nudo » y voy a un mundo preparado para acogerme así como está preparado todos aquellos que llamáis algunos de los grandes mamíferos marinos que tomarán una forma prácticamente humana.
Es la elección de nuestras especies, es también el favor que nos han dado los Dioses Creadores. Sin embargo me entristece un poco abandonar este mundo, abandonar a aquellos a los que todavía quiero y que todavía no han abandonado este mundo.
Tú, pequeña terrestre, a ti a quien además no te gusta tanto el medio en que nos encontramos y que es magnífico, te vamos a decir : ¡ si vieras lo que ocurre realmente en los océanos ! ¡ Si vieras el sufrimiento de nuestros hermanos, ya sea el de los grandes mamíferos marinos, de los delfines o aquellos que llamáis los pequeños peces ! Hay una voluntad de abandonar este mundo que ni siquiera podéis comprender.
Yo vengo hoy a deciros « adiós ». Estoy triste y feliz, triste por abandonar a algunos de mis hermanos que todavía no hacen parte del viaje pero que volverán a encontrarme muy pronto, y sobretodo triste por abandonaros también, vosotros que andáis sobre la tierra firme. No nos habéis comprendido cuando pedíamos simplemente amaros, compartir lo que somos y nuestros conocimientos.
Vosotros, pueblos de la Tierra, siempre habéis pensado que los pueblos de los océanos solo eran vulgares peces, y nosotros os decimos : ¡ no, esto no es así en absoluto ! Algunas de nuestras especies tienen una inteligencia extraordinaria, y aunque no tienen la capacidad de expresarse como los hombres, de crear como los hombres, tienen la capacidad de corresponder por una especie de telepatía.
Nosotros, pueblos del mar, hubiéramos podido enseñaros tantas cosas sobre vosotros-mismos, porque en el agua que es nuestro elemento está inscrito todo vuestro pasado, todo lo que esta Tierra ha vivido, y tenemos la capacidad de comprender y de integrar todo lo que la Tierra ha vivido.
Te amo profundamente, a ti que hablas, como amo profundamente a aquellos que escuchan. ¿Qué puede representar el Amor de un delfín? Para nosotros es inmenso, y no tenéis conciencia de lo que esto puede representar.
El océano va a sufrir por la pérdida de sus hijos, va a reaccionar con furia y violencia simplemente porque no estará el pueblo del mar para calmar su sufrimiento
Hace falta que comprendáis que hay un intercambio vibratorio, un intercambio de Amor entre el océano y los pueblos del océano, así como hay un intercambio de Amor entre les diversos reinos de vuestro elemento sólido, de vuestra Tierra. Hay un intercambio de Amor entre los mundos mineral, vegetal y animal. También hay esos mundos en el interior de los océanos. ¡ Tenemos los mundos mineral, vegetal y animal, y nos gustaría decir mucho más allá del animal !
Quisiera decir de nuevo esto antes de abandonaros : mi partida no es el fin de toda cosa, mi partida simboliza, al contrario, la renovación, el cambio, el cambio para vosotros que vivís en tierra firme, y también el cambio de vuestra conciencia.
Algunos de entre vosotros, humanos, sentirán pena por nuestra partida, por nuestras partidas en masa y por mi partida de este mundo. Esos han comprendido que habrían sido capaces de intercambiar Amor con nosotros, pero pronto vosotros, habitantes de la tierra firme, como toda vida sobre este planeta, como para nosotros, será la renovación.
Yo ya no estaré en este mundo para vivir esta renovación y muchos seres humanos no estarán tampoco en este mundo para vivirlo. Habrá muchas partidas en masa, como por oleadas sucesivas. No os aflijáis por las oleadas de partidas humanas, no os aflijáis por las oleadas de partidas de todos los pueblos del mar.
¿Pensáis que cuando prácticamente no hayan vidas en el mar quedarán muchas sobre la tierra? ¿Pensáis que con la inmensa contaminación y vuestra inconciencia habéis perturbado realmente el medio de vida del pueblo del mar? ¿Pensáis que esto podrá seguir más y más?
¡ Si pudierais ver lo que yo he visto, lo que mis hermanos han visto, esa inmensa, gigantesca contaminación en el Golfo de México, si pudierais ver todas las contaminaciones y el total no-respeto a la vida en varios lugares de vuestros océanos, estaríais a lo mejor tan tristes como nosotros ! Esto está oculto a vuestra vista porque hay metros, metros y metros de agua que os ocultan la realidad de las profundidades.
Están las partidas que veis cuando nuestros hermanos quedan varados en vuestras playas, pero hay también enormemente de partidas que no veis. También hay partidas con la ayuda de aquellos que podríais llamar vuestros hermanos galácticos.
Lo que experimentamos cuando nos capturan, es incomprensible para vosotros por el momento, es que tenemos la inmensa suerte, cuando accedemos a esas naves, de poder ser transformados, transmutados antes de ir al planeta que es el nuestro. En las naves que nos transforman, hay como « salas de transformación de vidas ». Igualmente será para aquellos que serán capturados ; será más simple porque os quedaréis humanos, pero humanos sublimados, mientras que nosotros pasaremos del reino animal (lo cual es falso), cambiaremos de « categoría » y tendremos cuerpos humanos que no serán los mismos que los vuestros, pero que serán sin embargo cuerpos humanoides.
Yo, el Gran Delfín Blanco, siento tristeza para aquellos del pueblo del mar que van a sufrir todavía, tengo sufrimiento por mis hermanos que me aman y que viven en la Tierra firme, pero tengo sin embargo una inmensa alegría porque sé lo que me espera.
¡ Sed valientes ! ¡ No es mañana cuando este mundo vivirá su fin ! Es pasado mañana cuando este mundo vivirá su transformación última. No hablo del « mañana » o del « pasado mañana » humano, hablo de un tiempo, de un periodo.
Os voy a decir también esto : ya no os podréis alimentar de los pueblos de los océanos demasiado contaminados. Esto también hace parte del Plan, debía de ser así.
Os amo. ¡ No estéis tristes ! ¡ Vuestro destino es magnífico ! A lo mejor un día nos volveremos a encontrar, a lo mejor me reconoceréis y os diré : « un día, en un pequeño mundo, fui a hablarle a una pequeña humana muy buena que supo escucharme y transmitir lo que tenía que decir ».
Ahora os dejo. ¡ Que mi inmenso Amor está siempre cerca de vosotros ! Amad a los pueblos que viven en los océanos, es lo único que podéis hacer por ellos.
Ahora os digo adiós. »
Le oigo ahora de muy lejos, como si hubiera vuelto a lo más profundo de los océanos. Su magnífica cabeza parecía estar sobre mis rodillas. Tenía unos ojos de una belleza y de un Amor extraordinario, y lo que tal vez no creeréis, era como si sonriera.
A penas lo oigo; me dice:
«No olvidéis de enviar Amor a aquellos que todavía no se han ido, a aquellos que todavía no han transitado, a los pueblos de los océanos».

No hay comentarios:

Publicar un comentario