- Cuando
me amé de verdad, comprendí que en cualquier circunstancia, yo estaba
en el lugar correcto y en el momento preciso. Y, entonces, pude
relajarme.. Hoy sé que eso tiene nombre.
Autoestima
- Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y mi sufrimiento emocional, no son sino señales de que voy contra mis propias verdades. Hoy sé que eso es. Autenticidad.
- Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente, y comencé a ver que todo lo que acontece contribuye a mi crecimiento. Hoy sé que eso se llama Madurez.
- Cuando
me amé de verdad, comencé a comprender por qué es ofensivo tratar de
forzar una situación o a una persona, solo para alcanzar aquello que
deseo, aún sabiendo que no es el momento o que la persona (tal vez yo
mismo) no está preparada. Hoy sé que el nombre de eso es
Respeto. - Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas y situaciones, todo y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. Al principio, mi razón llamó egoísmo a esa actitud. Hoy sé que se llama Amor hacia uno mismo.
- Cuando
me amé de verdad, dejé de preocuparme por no tener tiempo libre y
desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro.
Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero y a
mi propio ritmo. Hoy sé, que eso es
Simplicidad. - Cuando
me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y, con eso,
erré muchas menos veces. Así descubrí la
Humildad. - Cuando
me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y de
preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es
donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez
Y eso se llama. plenitud. - Cuando me amé de verdad,
comprendí que mi mente
puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, es una valiosa aliada
¡Y esto es Saber vivir!
No debemos tener miedo de cuestionarnos. Hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas.
Charles Chaplin
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